Sergio Jaramillo, filósofo y arquitecto de la paz de Colombia
Un acuerdo con las FARC fue un propósito en su vida.
El filósofo Sergio Jaramillo Caro, que deja la Oficina de Alto Comisionado para la Paz de Colombia, según anunció el presidente Juan Manuel Santos, es el arquitecto de la negociación que llevó a la guerrilla de las FARC a abandonar la lucha armada después de 53 años.
Nacido en Bogotá en 1966 en una familia de antepasados conservadores, Jaramillo entró al servicio público por la vía de la academia, que ha sido una de sus pasiones.
En su currículum de lujo puede leerse que es filósofo de la Universidad de Toronto (Canadá) y filólogo de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Tiene además una maestría en Filosofía de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y fue candidato a doctor en griego de la Universidad de Heidelberg (Alemania).
Jaramillo es un políglota que además del español habla a la perfección inglés, alemán y francés; sabe griego, italiano y ruso, y como filólogo es un estudioso de las lenguas muertas, todo ello sumado a una amplia experiencia en el servicio público durante los dos últimos gobiernos.
Como "una persona brillante y leal que nunca ha tenido más agenda que la paz" lo define una de sus más cercanas colaboradoras.
Fue justamente la paz, el proyecto político del actual presidente, lo que lo convirtió en una figura conocida para los colombianos que durante casi cinco años se acostumbraron a verlo casi que a diario en la televisión explicando los pormenores y las dificultades de la negociación con las FARC en La Habana.
Dotado de una disciplina y una "capacidad de trabajo increíble", según sus colaboradores, Jaramillo nunca perdió las formas durante los diálogos de paz, ni siquiera cuando el proceso estuvo al borde de la ruptura.
"No es un tipo visceral, es calmado y las crisis lo ponen en modo pausa", dicen quienes lo conocen de cerca.
Aficionado al ajedrez, juego que solía practicar muchas veces en solitario en sus interminables viajes por todo el país para explicar a la gente los beneficios de la paz, Jaramillo siempre tuvo clara la estrategia de la negociación con las FARC ya que fue quien la diseñó.
Si en los diálogos en Cuba el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, era el rostro político, Jaramillo era el estratega que sabía lo que era posible y lo que no, dejando claras las llamadas "líneas rojas" del proceso.
A ese nivel de conocimiento del conflicto armado colombiano llegó no solo por su vasta formación académica sino también por su experiencia como asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores donde fue el responsable de la Diplomacia por la Paz entre 2000 y 2001 y como consejero político de la embajada de Colombia en Francia (2001-2002).
Posteriormente fue asesor para Asuntos Políticos y Estratégicos del Ministro de Defensa donde, entre 2002 y 2003, desarrolló la política de Seguridad Democrática del entonces presidente Álvaro Uribe.
Como investigador universitario y en instituciones privadas ha dedicado tiempo a pensar la paz del país, y con la llegada de Santos al poder regresó al Gobierno en septiembre de 2010 como alto asesor presidencial de Seguridad Nacional.
Posteriormente, el 18 de septiembre de 2012, días después de que se hicieran públicos los contactos del Gobierno con las FARC para una negociación, asumió como Alto Consejero para la Paz, cargo que hoy dejó para, después de unas vacaciones, pasar a ser embajador de Colombia en Bruselas.
Quienes lo conocen esperan que en la capital belga, donde también tendrá la misión de representar al país ante la Unión Europea (UE), Jaramillo tenga más tiempo para dedicarse a la cocina, otra de sus aficiones, ya sin las urgencias de las negociaciones de paz.
EFE